Una universidad, un libro, es una campaña de la UMM que incluye un concurso de reseñas que busca fomentar la unión y el diálogo de su comunidad en torno al placer de la lectura.
Para esta edición, el libro seleccionado es Historias para leer en lunes y otros cuentos, el cual puedes adquirir en la Coordinación de Primer Cuadro Casa Editorial UMM.
Autor: Dalina Flores Hilerio
Para más información comunícate al:
81 81307900 ext. 1144 y 1166.
Coordinación de Primer Cuadro
5 de Mayo #434 (frente a Rectoría), de 10:00 a.m. a 2:30 p.m. y de 3:30 a 7:00 p.m.
Para no contradecir la prescripción, tomé entre mis manos Historias para leer en lunes y otros cuentos, un lunes que estaba por terminarse. Sólo me acompañaban los gatos y el silencio oscuro de la noche, con sus coches y sus grillos, sus perros y su luna. Inmersa en tal marco, pensaba avanzar despacio en mi lectura, disfrutarla (dicen por ahí que si uno lee rápido no "disfruta" de los textos) pero me fue imposible. Las hojas caían una tras otra mientras yo las pasaba por mis ojos con avidez: todos y cada uno de los 20 cuentos se me revelaron esa madrugada.
Fue una revelación que me dejó satisfecha, feliz. Los cuentos de Dalina Flores, aún en su aparente brevedad, siembran en el alma imágenes e inquietudes que, en su propiedad de semilla, brotan en la imaginación. Es imposible permanecer indiferente al dolor de Sofía Paredes y no sentir la soledad en su historia, que la autora nos narra en "Encuentro". Es absolutamente necesaria la sonrisa cómplice que Sonia y Veneranda pondrán en nuestra boca, a la par que un beso, en "La lección". Es inevitable la risa del final inesperado en "Periférico", cuento de vertiginosa narrativa, así como el efecto conmovedor de "Píldora", con su infalible tristeza.
El dolor también se da cabida en estas historias: en "Un regalo para Cecilia" asistimos no sólo al relato de dos violencias (la religiosa y la obstétrica), también participamos del sufrimiento de su protagonista, como una suerte de espectador sin poder de intervención; algo parecido a lo que ocurre cuando leemos "Madre", cuento en el que vemos retratadas las vicisitudes de la pobreza, pero también la venganza. En otros espacios, ya sea en el mar, en la selva, o dentro de un tren, la pérdida da pie a la transformación.
Y así, cada uno de los cuentos sorprende por su unicidad, su su originalidad. Dalina Flores ha bordado 20 historias que se distinguen por la minuciosidad de su trazo, que no ha pasado por alto la diversidad de registros, de voces narrativas, de estructuras, de ambientes y, por supuesto, de un uso preciso del lenguaje, que ha dejado en cada cuento lo que le corresponde: cada relato tiene un peso específico que se disfruta de diferente manera.
Historias para leer en lunes y otros cuentos nos ofrece un puñado de cuentos, frutas maduras en las que de igual modo podemos encontrar el humor, el dolor, el amor... toda clase de sentimientos humanos que conviven en la cotidianeidad de 104 páginas. Son historias impredecibles, juguetonas -algunas, a pesar de su dureza-, que ocupan el tiempo preciso y el espacio exacto, para provocar en el lector ese efecto final sorpresivo que nos quita el sueño para poder seguir leyendo, que nos mantiene queriendo más cualquier día de la semana.
SUSANA RUIZ
Nos complace felicitar a la alumna Melany Bridget Espinosa Carreón por su destacada participación en el concurso de reseñas, donde fue premiada por su excelente texto sobre "El Mal de Samsa" del autor Renato Tinajero. El Mtro. Carlos Savage, Director de la Coordinación de Fin de Semana, fue el encargado de entregarle este merecido reconocimiento.
Queremos también felicitar al profesor José Roberto Contreras, quien ha sido un gran apoyo para Melany en su proceso de aprendizaje. ¡Enhorabuena a todos los participantes y, especialmente, a la ganadora!
Tener mala ortografía no es malo, se puede corregir.
Lo verdaderamente malo es que te dé igual o que no quieras aprender.
Si la persona que te gusta sigue páginas y grupos de ortografía, ahí es.
Hey y ey
Huy y uy
Todas son correctas y, ojo, se separan con coma:
Hey, ¿te ayudo?
Uy, qué miedo.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja
¿Ya vieron qué bonita se ve con comas?
No me mires feo.
No me mires, feo.
¡La importancia de la coma!
Se me podrá escapar un eructo, pero jamás un haiga.
«Estoy cansada de que todos me llamen “el palito de la eñe”. Mi nombre real es virgulilla »